lunes, 11 de diciembre de 2006

Los tipos ideales

Los tipos ideales



Una sociedad totalitaria regula los actos de los individuos antes de que estos los lleven a cabo en nombre de potenciales consecuencias negativas y por eso produce individuos oprimidos e irresponsables.

Una sociedad libre no regula los actos de los individuos, y solo penaliza estos si efectivamente tienen consecuencias negativas después de llevados a cabo y por eso produce individuos sin ataduras y responsables.

Una sociedad totalitaria no confía en sus individuos. A priori son una basura inútil que va a hacer las cosas mal, y por eso hay que controlarlos.

Una sociedad libre confía en sus individuos. A priori son inocentes, y hay que dejarlos tranquilos. En el momento que se manden la cagada se verá que se hace con ellos.

Una sociedad totalitaria antes de que, a modo de ejemplo imaginario, se lleve a cabo una obra en una casa, manda cuatro inspecciones, dos escribanos, tres policías, cincuenta y siete sellos, el timbre del ministerio de trabajo, la historia laboral del BPS, el montepío de la planilla del ministerio de la reputa madre que te reparió y recién ahí se puede empezar a laburar.

Una sociedad libre permite que hagas la obra como se te antoja.

Una sociedad totalitaria, cuando sufre un derrumbe o un colapso en una obra, empieza con el quilombo de quien fue el que tuvo la culpa, a ver si en el ministerio de trabajo registraron a la empresa sin inspeccionarla bien porque el empleado se quería ir temprano a la casa y le vino bárbaro la coima que le pagaron para agilizar el trámite, si el escribano hizo bien la escritura con doble impresión en láser color del registro original de la historia laboral además de la fotocopia de cédula del sobrino nieto del dueño de la empresa, o si los obreros estaban en pedo cuando vino el inspector de la de la intendencia y no lo dejaron entrar porque no tenía la
acreditación de bomberos y del ministerio del interior. Después de que se intente encontrar un culpable, muchas veces sin éxito, se pasa a ver si la obra la va a continuar la empresa que la comenzó, o el sindicato ocupa las oficinas de la constructora hasta que la intendencia expropie la casa derrumbada y haga una bolsa de trabajo para los compañeros que ya no trabajan en el puente del Santa Lucía, o el ministerio llama a licitación para que otra empresa se haga cargo de la obra, esta vez asegurándonos de que todo este en regla ya que le vamos a duplicar los trámites y así nos vamos a quedar tranquilos. En toda esta maraña, los responsables es muy
probable que zafen y que la obra esté varios meses paralizada.

Una sociedad libre, cuando sufre un derrumbe o un colapso en una obra, lleva a juicio a la empresa constructora y de manera rápida y eficiente el Poder Judicial le rompe el culo a la empresa y la obliga a pagar un montón de guita por daños y perjuicios, lo que muy probablemente la lleve a fundirse.
El mercado se encarga de que otra empresa se ocupe de la obra y de que los obreros, que todavía se van a necesitar, sigan laburando. En este proceso bien expeditivo, los responsables es casi imposible que zafen.

Una sociedad totalitaria siempre se las ingenia para que no importa que cagada te mandes, tengas alguna forma de zafar y hace que los individuos se descansen en los controles externos y sean unos atorrantes que no sirven para nada. Son las sociedades donde se valora la viveza y el garronerismo.

Una sociedad libre te lleva a que hagas las cosas bien porque si no sos boleta y hace que los individuos se controlen a ellos mismos y por lo tanto se vuelvan responsables, dinámicos, y eficientes. Son las sociedades donde se valora la honestidad y el esfuerzo.

Una sociedad totalitaria, compuesta de individuos atorrantes se convierte en una sociedad atorrante, que agoniza.

Una sociedad libre, compuesta de individuos eficientes, se convierte en una sociedad eficiente, que se desarrolla.

¿De cual estamos más cerca?

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