lunes, 11 de diciembre de 2006

Gen del Miedo

Descubren Nuevo Gen del Miedo

El reciente hallazgo de otro gen vinculado al miedo constituye un avance
importante en el campo del aprendizaje y la memoria, que llevará a una mejor
comprensión del estrés post-traumático, fobias, trastornos de personalidad y
otras enfermedades humanas relacionadas con la ansiedad, y también permitirá
entender cómo se experimenta y procesa el miedo adquirido y el innato,
pudiendo ello conducir a nuevas terapias.

El especialista en genética Gleb Shumyatsky, de la Universidad Rutgers, ha
descubierto un gen que controla tanto las formas innatas como las adquiridas
del miedo. El gen, conocido como Estatmina u Oncoproteína 18, está altamente
concentrado en la amígdala, una región crucial del cerebro que se ocupa del
miedo y la ansiedad.

En cooperación con Eric Kandel, en la Universidad de Columbia y galardonado
con el premio Nobel, y con Vadim Bolshakov de la Academia Médica de Harvard,
Shumyatsky previamente había identificado ya otro gen que controla el miedo
adquirido pero no el innato. La nueva investigación cuyos resultados ahora
presentan Shumyatsky, Kandel y otros, es el primer esfuerzo por comprender
cómo ambos tipos de miedo se controlan a nivel molecular.

Los investigadores han podido correlacionar cambios en la expresión de
Estatmina con cambios en la intensidad de las respuestas a corto y largo
plazo de los impulsos nerviosos y del miedo. Ratones mutantes deficientes en
este gen mostraron un incremento en la cantidad de microtúbulos. Éstos son
los bloques de construcción del esqueleto de la dendrita y sirven de vías
para el transporte de ciertas proteínas, que gobiernan la intensidad de las
conexiones entre neuronas (sinapsis). A falta de Estatmina, la dinámica del
microtúbulo (es decir la velocidad y flexibilidad para construir estas vías)
probablemente esté disminuida, pudiendo conducir al debilitamiento de las
conexiones sinápticas.

El incremento de microtúbulos, y la disminución de LTP (potenciación a largo
plazo), pueden ser la razón de la incapacidad de los ratones para recordar
el miedo adquirido, como por ejemplo evitar lugares donde recibieron
descargas eléctricas. Los investigadores analizaron también los niveles de
ansiedad de los ratones deficientes en Estatmina. Los ratones
instintivamente evitan los espacios abiertos, pero los deficientes en
Estatmina no mostraron miedo y exploraron más áreas abiertas que los ratones
normales. Así, la reducción en el comportamiento típico del miedo innato,
como el evitar espacios abiertos en favor de áreas "más seguras" con menos
exposición a peligros potenciales, se correlacionó con la ausencia de
Estatmina.

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